Somos Free Roaming

Desde el inicio lo primero que tachamos fue lo que más molesta: letra chica, promesas vacías y ese soporte que no soporta a nadie.

Creemos que nadie debería empezar un viaje buscando señal en vez de disfrutar el destino, por eso hacemos esto como lo haríamos para nosotros. Solo activas, conectas y sigues. Así de simple, como debería ser.

Esto no es un eslogan, es nuestro recordatorio diario de cómo queremos hacer las cosas. Para no olvidarnos de por qué empezamos, y para que tu sepas exactamente con quién estás viajando.

Marcos Arias

CEO / Fundador

Nuestros principios

Transparencia

En un mundo donde todo tiene asteriscos, nosotros elegimos lo simple. Lo que ves, eso es. Porque la confianza se gana siendo claros desde el principio.

Lealtad

Las ofertas relámpago, los descuentos mágicos para el que recién llega… no van con nosotros. Acá, los que ya están, están primero

Compromiso

Que el único drama sea perder el metro, no la conexión. Si hay algo que no debería fallar en un viaje, es eso que te mantiene ubicado y tranquilo.

Nuestra historia

¿Qué nos hace distintos?

(Spoiler: no es un “equipo comprometido con la excelencia”)

Lo hicimos para nosotros, y después para todos.

No éramos expertos en telecomunicaciones, éramos viajeros hartos de pagar de más y de no entender nada.

Por eso Free Roaming no nació como idea de negocio, sino como una solución casera que fue creciendo.

No buscamos impresionar, buscamos que conectes y sigas con lo tuyo. Porque, al final, nadie recuerda la SIM. Todos recuerdan el viaje.

Estamos si pasa algo, y si no, también.

No hay robots, no hay tickets. Si nos escribes, en menos de 2 minutos alguien te contesta, y si no escribes, mejor. Significa que todo anda como debe.

Siempre afinando

No nos conformamos con que funcione, queremos que funcione mejor.

Por eso seguimos mejorando la eSIM, sumando destinos, y haciendo que la conexión sea más rápida, más estable, más nuestra.

No es obsesión, es respeto por quienes viajan con nosotros.

No dejamos huella. Al menos, no de las feas.

Los viajes están para dejar recuerdos, no residuos. Por eso dejamos atrás el plástico, las tarjetas que se pierden y todo lo que no suma a una buena historia.

Cambiar a eSIM no fue una estrategia, fue sentido común. No hay souvenir más feo que una SIM rota en la mochila.

Wave